Texto completo – Al someter a balance las políticas culturales en América Latina en estas dos primeras décadas del siglo XXI pareciera que hay escaso margen para el optimismo. Sin embargo, es imposible negar que en el campo de la cultura hay algunos rasgos positivos como para sostener que, en los próximos años, si se renuevan algunos compromisos en la relación Estado-cultura, se pueden alcanzar condiciones favorables en el desarrollo cultural. El sello de la democracia ha marcado desde hace varios años el sentido de las prácticas culturales; la extensión del interés público a campos marginados de las artes, el patrimonio y la cultura como consecuencia de las políticas de diversidad es otro rasgo positivo, y el compromiso de la cultura con los objetivos del desarrollo sustentable coloca el quehacer cultural en un nivel de actualidad que no tenía en las décadas anteriores – Texto completo